Por: Iván Trujillo
En el 2009, Florence & the Machine tomaron por asalto las carteleras musicales a nivel mundial con su éxito “You got the love”. Un año más adelante The XX hicieron famoso su propio remix de la canción, incluso llegándolo a interpretar con Florence Welsh en la edición 2010 de Glastonbury. Sin embargo, muchos pasaron por alto la versión de la misma canción que hiciera en 2009 Joss Stone, tal vez porque su estilo distaba del pop bailable de Florence & the Machine y se acercaba mas al funk y al góspel de la canción original, interpretada por Candy Staton en 1986.
Luego de tener relativamente éxito en la década de los setentas con la canción “Young Hearts Run Free”, Candy Staton, entonces una joven promesa de la música disco dio un cambio radical a su vida para alejarse de los reflectores, la fama y los vicios de la industria para regresar a interpretar gospel, con el que había entrado inicialmente en el mundo de la música. Es así que después de más de tres décadas de su salto a la fama nos encontramos en el marco del Festival Internacional de Manchester con las dos facetas de Candy Staton: la primera es la de quien ha dedicado la mayor parte de los últimos treinta años en grabar música con temática religiosa; la segunda es la de aquella cantante que sigue poniendo a bailar a sus fans con la música que creo en la década de los setentas y esporádicamente en las décadas subsecuentes. Por lo que que además de presentarse como parte del programa “Lugares Sagrados” (Sacred Sites), en donde diversos interpretes mostraban las variantes de la expresión musical de su fe religiosa, Staton tuvo un show propio en el Teatro del Pabellón del Festival en donde interpreto sus grandes éxitos pop.
Su presentación como parte de “Lugares Sagrados” ocurrió en la Iglesia del Nuevo Testamento, conocida en Manchester por su coro góspel pero poco frecuentado por las personas ajenas a esta parte de la ciudad.
El concierto inició asemejándose en parte a un concierto y en parte a una misa de domingo por la mañana, con el pastor haciendo las veces de sacerdote y presentador y el coro de la iglesia como actuando como “teloneros”. Cuando Candy Staton se presento ante el publico no dejo de poner en claro su inquebrantable fe religiosa a través del canto y de las anécdotas de su vida.
Sin embargo, también puso a bailar al público con canciones de su repertorio acompañados de ritmos que se movían entre el soul, el funk y el disco. Indudablemente hubieron dos puntos cumbres en la noche, la interpretación de “You Got the Love”, a cuyo ritmo se movieron los cientos de presentes en la iglesia, y, curiosamente, un cover que realizo a la canción “He’s got the whole world in his hands”.
A pesar de ser en estricto sentido un concierto, no dejó de sentirse un tanto extraño que al final de la interpretación de “You got the love” saliera del escenario (que en realidad significaba meterse a las oficinas del pastor) solo para aparecer de nueva cuenta unos minutos más tarde para el encore. Curiosa a fin de cuentas esta mezcla de concierto y misa, pues los tradicionales revendedores y puestos de comida chatarra fueron sustituidos por los miembros de la comunidad, quienes vendían comida casera a precios elevados de forma similar a como lo hacen durante los eventos de recaudación de fondos para la iglesia.
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A fin de cuentas, lo que importaba era no solo presentar la música de las distintas vertientes de la fe religiosa, sino también dar una muestra de cómo viven, sienten y se expresan, y en ello el evento no defraudó.
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