La actividad turística ayuda a reestablecer la vida cotidiana, pero también a reconstruir a través del fomento de la actividad económica. Por lo que en esta ocasión te presentamos al municipio mexiquense de Ocuilan, que fue uno de los más dañados por el sismo del 19 de septiembre, pues se encuentra a tan sólo 100 kilómetros de donde fue el epicentro. Sin embargo, este pintoresco lugar ofrece muchas opciones. ¡Te invitamos a conocerlo!
El Ahuehuete
Durante la época prehispánica, los comerciantes o pochtecas que iban a la zona a comprar lienzos finos, se detenían en el manantial que nace junto al “árbol viejo de agua”, el cual consideraban sagrado.
Este hermoso ahuhuete cuya edad se calcula en más de 200 años, sigue brindando sombra. El cuerpo de agua que lo rodea se considera que tiene poderes medicinales, por lo que hoy en día la gente continúa yendo a refrescarse, siendo común que los visitantes se lleven su cristalino líquido para compartirlo con algún enfermo.
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De manera tradicional los peregrinos beben esta agua considerada milagrosa, y se van al atrio de la iglesia donde hacen su petición bailando, para luego emprender la caminata hacia Chalma con la cabeza adornada con coronas de flores; una vez concedido el favor, se debe regresar para colocar en el altar principal un ex voto. Cuando un milagro no sucede se escucha el sonado refrán “ni yendo a bailar a Chalma”.
Santuario de Chalma
A 10 Km. de Malinalco se encuentra el famosísimo Santuario de Chalma, con un “Cristo Negro” considerado milagroso desde el siglo XVI. La imagen fue traida por los frailes agustinos a Chalma para contrarrestar el culto a Oztoctéotl, que se daba antiguamente en una cueva situada arriba del templo. Actualmente se le conoce como “El Señor de Chalma”. El templo ha sufrido algunos cambios pero conserva su estilo neoclásico; a un costado del santuario está la casa conventual que aloja a los miles de peregrinos que regresan para “pagar” sus mandas o en gratitud por el milagro recibido.
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Lagunas de Zempoala (lugar de muchas lagunas)
Enclavadas en la montaña, se ubican las tranquilas y bellas lagunas, rodeadas por los bosques de ocote, pino y oyamel que completan el majestuoso paisaje adornado por formaciones rocosas. En este parque de 4,790 hectáreas, se puede practicar senderismo, rentar lanchas, andar a caballo, observar la flora y fauna, así como pescar en alguna de sus 4 principales lagunas.
Para saber
-En 1537 se consagró el Ex convento agustino de San Juan Apostol, ubicado en la cabecera municipal y que actualmente es la Unidad Cultural, en cuyo interior se encuentra un museo con piezas arqueológicas de la cultura ocuilteca, como una rueda de piedra que se encontraba en uno de los muros del juego de pelota. La belleza dentro de éste casi se perdió en 1711 por un terremoto y nuevamente sufrió daños en el 19s.
-Existe un parador turístico con una Vírgen de Guadalupe de 33 metros hecha de bronce, ubicada en el cerro frente al Ahuehuete.
-En las Cascadas del Obraje, la caída del agua sobre las rocas muestra la imagen de una virgen.
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-Si tienes ganas de nadar, puedes ir a La Cañada, zona de balnearios con buen clima.
-En el Parque Tlatucapa Peña Redonda, hay vestigios arqueológicos, pinturas rupestres, más de 2 km de senderos, puentes colgantes y una pared de rappel de casi 40 mts.
-En la época prehispánica se consideraba que de ahí provenían los finos lienzos que vestían a los emperadores Aztecas.
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¿Qué comer?
La tradicional trucha, pan y tamales.
¿Qué comprar?
Textiles y coronas de flores.
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Celebraciones destacadas
En el templo de San Juan Atzingo, guardan religiosamente las varas sagradas del pueblo y un teponaxtle también sagrado, que tiene cabeza de felino en el extremo superior. Únicamente se sacan las varas sagradas de la justicia y se toca el teponaxtle en ocasiones muy especiales como el 31 de enero, la Semana Santa y el 24 de junio; así como en los actos de cambios de autoridades religiosas y ceremonias propias de este pueblo indígena, como la que hacen cada año en honor al Sol, al inicio de la primavera.
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