La huella de Barragán en el EdoMéx

En los sesentas, uno de los tiempos más prolíficos de su vida, llamaron la atención sus espacios escultóricos dominados por la arquitectura emocional, en contraposición con la tendencia funcionalista, mismos que impactaban por el juego de sensaciones que provocaban en quienes los transitaban.

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La plástica, la iluminación, el sonido y el color, fueron elementos esenciales en los trabajos de Barragán, que crean espacios cerrados sin necesidad de techos, ni puertas, provocando distintas emociones conforme se recorren. Junto con Mathias Goeritz y Ricardo Legorreta, Luis Barragán se volvió la cara del México auténtico y audaz; desdibujando las líneas divisorias entre lo funcional, el espacio y el arte.

Las composiciones de Barragán son complejas porque cada elemento tiene una razón, incluso el medio ambiente se transforma en algo provocador.

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Estos espacios, que parecen haber sido concebidos como escenografías para la intimidad con base en la sorpresa, los podemos encontrar en todo el país, pero sobre todo en la Ciudad de Mexico y nuestro estado.

En Naucalpan y Atizapán de Zaragoza tenemos algunas de sus importantes obras.

Ciudad Satélite, Naucalpan

Sin duda esta es su obra más reconocida en nuestro estado, cuyo concepto inició en 1957 cuando fue invitado por la empresa desarrolladora de Mario Pani para diseñar el símbolo de esta “ciudad fuera de la ciudad”.

En conjunto con sus amigos, el escultor Mathías Goeritz y el pintor Jesús Reyes Ferreira, consolidó la idea que ya rondaba su cabeza de un colosal grupo de elementos verticales que dieran la bienvenida al proyecto urbanístico mexicano más ambicioso de su época.

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En un principio los colores fueron ocre, amarillo y blanco (1957), aunque con motivo de una restauración fueron cambiaron a blanco, rojo, amarillo y azul (1968), tal y como los conocemos ahora.

El lugar ha sido escenario de protestas sociales, siendo la más reciente la de colonos de Lomas Verdes quienes protestaron por la contaminación de la Presa Madín; así como de filmaciones como la realizada por la agrupación irlandesa Westlife para su video Fool Again, o la de la banda Café Tacuba.

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Arboledas, Atizapán de Zaragoza

Pocos saben que Barragán diseñó el plan maestro de Las Arboledas; pensado como un fraccionamiento ideal para la gente que gustara de la tranquilidad del campo y los apasionados por la equitación, como él, pero que tuvieran un fácil acceso a la moderna y creciente Ciudad de México.

Es así que a principios de los años 60’s, el arquitecto en boga se convirtió en promotor inmobiliario de lo que fuera una zona rural, al igual que hizo con El Pedregal (CDMX), y aquí también buscó imprimir su sello a través de sus vibrantes espacios escultóricos.

Los Clubes

Al cumplir los 64 años de edad, Luis Barragán emprende otro de sus proyectos más representativos, el del Fraccionamiento Los Clubes, que comprende: la Fuente de los Amantes, la Cuadra San Cristóbal (caballerizas) y la Casa Egerstrom, inauguradas en 1969; colaborando con Andrés Casillas para la realización de la Cuadra y Casa.

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Dicho proyecto fue realizado para la familia Folke Egerstrom, y es un hermosos e imponente espacio de intimidad para el jinete y su caballo, donde la Fuente de los Amantes funcionaría como bebedero para los equinos y como una cámara que amplificadora de la vibración de su trote, convirtiéndose en toda una experiencia para los sentidos.

No por nada la preservada  belleza de este espacio ha servido como escenario de importantes sesiones fotográficas como la campaña Pre-Fall 2016 de Louis Vuitton con la actriz francesa Lea Seydoux, donde se aprecian los vibrantes muros rosa mexicano y, por su puesto, aparecen unos caballos como co-protagonistas.

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El Campanario y El Bebedero

En Paseo de los Gigantes y Avenida de la Hacienda, donde ahora se está el Corredor de Arboledas, encontramos otro de sus espacios escultóricos más famosos, mismo que alberga las fuentes El Campanario y El Bebedero.

Entre perros, corredores, colillas de cigarro, sobrantes de comida rápida, ardillas, botellas de bebidas energéticas y el canto de algunas aves que aún encuentran refugio en los árboles del lugar, se perciben las estructuras que fueron pensadas por el legendario arquitecto para que los residentes del fraccionamiento y sus equinos pudieran encontrar un espacio de relajación gracias al constante sonido del agua cayendo, el juego de luces y sombras, así como las texturas de la naturaleza.

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Actualmente las fuentes están secas y los colores originales han perdido su vivacidad, sin embargo, estudiantes de arquitectura y turistas acuden constantemente para apreciar las obras y visión de uno de los arquitectos más importantes del mundo, cuyo trayecto sería así: un Muro Rojo (1958) marca el inicio del recorrido y da la bienvenido al paseo amurallado por vegetación hacia el Muro Amarillo, pasando por la Fuente del Campanario y prosiguiendo a Los Bebederos, donde los jinetes llevarían a sus equinos a refrescarse; encontrándose con el monumental Muro Blanco y finalmente con el Muro Azul.

Además, este paisaje ha sido intervenido para colocar bancas, letreros que les recuerden a los dueños de perros que deben de recoger las heces fecales de sus mascotas, un camino para corredores y una escultura conmemorativa del arquitecto, realizada por Emilio Farrera, misma que fue develada en el día de nacimiento de  Barragán (9 de marzo del 2009).

Sin embargo la participación de Luis Barragán como promotor y urbanista también tuvo que ver con lo que hoy es el Club de Golf la Hacienda, fraccionamiento del cual fue co-creador. 

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Lo que no fue

Como dato curioso, habrá que recordar que Luis Barragán también participó en el plan maestro de Lomas Verdes (1964-1965) junto con Juan Sordo Madaleno, aunque no lo concluyó. 

El arquitecto pensó en Lomas Verdes como un terreno de 380 hectáreas donde vivirían 100,000 habitantes, teniendo un perfil de ciudad y no de fraccionamiento, por lo que diseñó un edificio monumental que estaría ubicado en el centro de la ciudad, con el característico espejo de agua y fuente; ésta última en colaboración con Ricardo Legorreta.

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Además, entre 1969 a 1973 trabajó en los proyectos del plan maestro de Cano, otro fraccionamiento en el Estado de México que no se culminó.