De entre los valles de La Marquesa sobresalen unas imponentes alas, creación del escultor Javier Marín, que saludan estoicamente a los transeúntes de la carretera México - Toluca.
Las 6 alas que conforman la obra, fueron realizadas en sólido bronce, pesan una tonelada y tienen una impresionante altura de 10 metros. Siendo un punto focal de la plaza pública que fue pensada para conjugar la convivencia con el arte.
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A su alrededor, los visitantes pueden encontrar un increíble parador público con estacionamiento, baños, área de juegos infantiles y palapas con asador para hacer parrilladas.
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Estos espacios así como su uso son gratuitos, aunque al lugar acuden comerciantes de la zona a ofrecer paseos a caballo, así como quesadillas y los típicos dulces mexicanos.
La plaza se ubica frente a la Laguna de Salazar, un lugar increíble para admirar y para quienes gustan de actividades como el kayak.
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Las alas de Marín forman parte de un proyecto escultórico para el Estado de México, que incluye otras obras como El Vigilante (Ecatepec) y Equilibrio (Valle de Bravo) y son el pretexto perfecto para pasar un día al aire libre, mientras se admira la obra de uno de los exponentes del arte figurativo más importantes de México.
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