Una terrorífica sorpresa fue la que visitantes del parque ecológico estatal Sierra de Guadalupe, sección Coacalco, se llevaron al encontrar el cadáver de un perro colgando de un árbol.
El macabro hecho no es aislado, pues a principios de este mes fue avistado el cuerpo de una perra en el mismo lugar.
En ambos casos los canes fueron colgados del cuello con un lazo amarrado a la rama de un árbol.
Siendo a finales de agosto del 2018 cuando Blacky, un cachorro de dos meses de edad, fue encontrado en el parque gravemente lesionado: apuñalado, macheteado y fracturado de una pata.
La Fundación Latidos del Corazón rescató y llevó a operar a Blacky, sin embargo el can falleció poco después.
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En septiembre del mismo año, Latidos del Corazón y Defensoría Animal denunciaron a través de sus redes sociales un descubrimiento en el mismo lugar donde fue encontrado Black, pero que involucró perros muertos, lo cuales presentaban signos de tortura y lesiones con armas punzocortantes.
Asimismo en diciembre del 2018 fue denunciado por parte de dueños de mascotas que éstas estaban siendo envenenadas en el Parque Ehécatl, tramo de la Sierra de Guadalupe correspondiente al municipio de Ecatepec. Incluso un perro fue baleado cuando pasaban unos borregos. Estos hechos los atribuyeron presuntamente a los ganaderos de la zona.
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Usuarios del lugar, en su mayoría corredores y pasadores de perros, se preguntan quien o quienes están detrás de tan crueles actos y si esto podría desembocar en prácticas similares en contra de personas.
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