Ceremonia 2019: de música refinada, robos y gente perdida

Música
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Por: Julio Enrique Alonso

Hace unos días fui al Ceremonia, una de las mejor logradas y refinadas propuestas de festivales en México, un festival que tiene una organización más pulida y en general una mejor manera de pasar el fin de semana, aunque claro también tiene sus puntos bajos.

El tiempo ha pasado por este cuerpo decadente y no ha sido en balde pues la última vez que fui a un festival recuerdo ver a mi alrededor y sentirme como ese chavoruco más ruco que chavo del que me quejaba años atrás, era como estar en el jardín de niños y así, lo único bueno es que podía ir de un punto a otro porque tenía la energía necesaria.

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Bueno, uno requería también de esa resistencia porque los organizadores del bendito festival de las curvas del fondo que no tengo ganas de mencionar les fascina empalmar los horarios de los artistas y uno debe correr de un escenario a otro, a veces perdiendo media actuación de uno u otro por los simios empeñados en hacer eso. ¿Y todo para qué? ¿Realmente hay alguna razón para esto o son solo las ganas de joder de OCESA?

¿Pero a qué voy con todo eso? Pues es obvio, este festival Ceremonia es todo lo contrario a esas lugares para ponerse ebrio con música glorificados que ocurren en esta ciudad. Es un lugar que donde si bien hay adolescentes deambulando no son el clásico millennial que solo le interesa sacarse sus autorretratos y que no le importa y mucho menos sabe quién esta en el escenario tocando. La verdad no sé si es algo que solo yo pude percibir pero es algo muy gratificante poder ir a un concierto así.

Y es acá donde también brilla Ceremonia. La selección de talento no es la clásica que busca complacer a todos, acá sí es algo más enfocado. Digo es la primera vez que yo voy a un Ceremonia, pero desde que recuerdo los anteriores que tenían unas alineaciones más como electro, algo más que las bandas que salen en la programación habitual de la radio. Son artistas con una enorme y brillante trayectoria como Underworld y Björk (de ediciones pasadas) y nada se puede dudar de Massive Attack y del súper productor Richard James mucho mejor conocido por su seudónimo. Pero también había cosas muy… no sé si llamarles propositivas, porque Rosalía basa su sonido en el muy tradicional flamenco, obviamente con sus arreglos lo cual lo hacen bastante original para esta época de perreo intenso.

Pero no todo es genial porque hay cosas que en este caso no me gustaron, pero por lo menos es algo mucho más decente y es realmente una decisión consciente la que uno debe tomar: “¿A quién voy a ver?” En este caso yo me perdí de la joven productora descendiente de coreanos que va por el nombre de Yaeji para poder ver a los australianos que comparten mi amor por Berlin: Parcels. Que bonito es encontrar bandas así de pulidas y que prendan tanto a la gente. Desde que salieron al escenario con su apariencia desaliñada y con look retro, especialmente Jules Crommelin que bien podría pasar por George Harrison; quedaron fascinados con el público que los esperaba ansiosamente; y no decepcionaron. Para la segunda canción, Lightenup, ya tenían a todos levantando tierra del inevitable baile y ritmo que uno siente con ellos. Canción, tras canción no se cansaban de agradecer al público el poder estar tocando ahí y venir por primera vez a México y canción tras canción luego de que paraba el baile se escuchaba una enorme ovación, sin duda de las mejores bandas del evento.

Una vez terminado el set de Parcels me fui rumbo a la entrada pues había un escenario ahí, más bien una carpa, pero esa carpa iba a recibir dos actos seguidos por los que yo ansiaba mucho ese evento: Jon Hopkins y Modeselektor. Y esta es una de las cosas que me gustaron mucho, a pesar de que sí se empalman los horarios con en el caso de Parcels y Yaeji, no se empalman los finales / comienzos de un set, por lo que hasta un lisiado como yo pudo ir a paso lento desde el escenario que estaba al fondo y llegar más que a tiempo para conseguir una bebida espirituosa y disfrutar del IDM, microhouse de Jon Hopkins, quien solo se subió, encendió sus mezcladoras y se apagaron las luces, pero cuando la oscuridad llegó, ¡TODO se encendió! El británico empezó con un crescendo y lo siguió con la segunda canción pero luego dejó “caer” el beat con Collider y yo deje a mis amigas y mi trago para entregarme y aún en una pierna ponerme a bailar y olvidar que no hacia 10 minutos a una de mis amigas le había robado el teléfono de la bolsa. Simplemente me deje ir en un set que en mi relatividad fue algo corto.

Cuando había regresado a mi realidad alguien sugirió ir a ver a Rosalía, yo no me sentía muy entusiasmado con la idea, pero ya que Modeselektor iba a tardar 45 minutos pues accedí. Accedí a caminar entre un tumulto de gente que se dirigía en hordas al baño, accedí atravesar ese río de gente. Lo pudimos cruzar airosamente, o eso creíamos pues cuando nos sentamos a ver a la adolescente española, mi otra amiga quiso revisar su teléfono que tenía en la una de las bolsas de su chamarra solo para encontrar pelusa, pues también se lo habían sacado… Creo que es tiempo de que monten un puesto de control similar al de la entrada para revisar mochilas porque esto ya es ridículo.

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Pero bueno, una vez pasada la ira del momento regresamos con Modeselektor. 2/3 de Moderat, acto imperdible de la escena de Berlin. Estaban visiblemente encantados de estar de nuevo en México y la gente les recordó lo muy queridos que son ellos y Sascha Ring ya sea cada uno con su proyecto o como el trio Moderat. De inmediato todo mundo se puso a bailar y la sorpresa fue cuando casi al final de su set salió Flohio a cantar, pero las sorpresas no se terminaban, pues dos canciones después las rusas de Pussy Riot se montaron en el escenario con mantas con mensajes feministas y anti-gobierno, no quiero decir anarquistas porque luego todo mundo interpreta mal las cosas. Pero infortunadamente no pude quedarme hasta el final pues las secuelas de mi pierna empezaban a pasar factura y tuve que irme a sentar.

Aunque me senté con el oído bien parado porque en tan solo minutos empezaban los oriundos de Bristol, unos de los padres del Trip-Hop. El bajo empezaba a resonar con todo por United Snakes y a mi mente llegaron los recuerdos de la primera vez que vi a Massive Attack en México en el Auditorio. Inmediatamente después una de mis favoritas del Heligoland: Girl I Love you! Para la 5ta canción iban en un orden regresivo de su discografía, por lo que yo esperaba a Liz Fraser en el escenario para algo del Mezzanine, pero no! Fue Young Fathers para Voodoo in my Blood y luego Way up Here, el set continuaba y como no vino Martina Topley-Bird mis esperanzas de escuchar Paradise Circus se habían esfumado, pero todo fue a mejor cuando los acordes de Safe From Harm se empezaron a escuchar, Deborah Miller y su encantadora voz estaba arriba con Robert y Grant y el resto de la banda, pero no había terminado pues ahora Liz Fraser subía a tomar el micrófono y cantar Teardrop, un público al unísono grito de la emoción y empezó a cantar. Fue realmente genial.

Ahora era momento de ir de nuevo hasta el fondo, la verdadera razón del porque había ido. El oriundo de Cornwall, uno de los verdaderos pioneros de la electrónica moderna, del ambient y del experimental: Robert David James, conocido mundialmente como Aphex Twin! La expectativa era mucha, yo la verdad no sabía como reaccionaría la gente porque en realidad yo sabía por las historias de otros que los sets de Aphex no suelen ser de lo más digerible. Y entonces todo comenzó, junto con su música un espectáculo de láser y un beat que pasaba los 200BPM, la gente no sabía como reaccionar o si bailar o qué¿? Para la tercer canción los menos ávidos empezaban a marcharse. Pero a medida que se iban, el set iba tomando su forma, su caos matemático empezaba a develar el ambient más suave, luego un giro inesperado al industrial. El set solo se tornaba cada vez más fino, hasta que de la nada, Xtal! Aún con mi cansancio y dolor de la pierna me levanté de inmediato de la emoción. Aparentemente el productor así conocido como Aphex Twin estuvo por poco más de una hora, pero nuevamente, a mi me pareció mucho más corto, sobretodo cuando de la nada el sr. James simplemente paro la música con una cacofonía y luego silencio.

Para este punto pensé en ir ya al coche, pero ya que la salida quedaba de paso por el escenario donde se había presentado Modeselektor, pues pensé en pasar a ver a The Blaze, pero resulto que por ser el cambio de horario ya no había nadie, pero no me importaba pues acababa de ver al creador de Come to Daddy en vivo y ¡en México!

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Ceremonia había sido justo eso, una ceremonia para mis oídos, una ceremonia donde sí, habrá uno que otro personaje nefasto pero que si continúan así valdrá mucho la pena ir hasta la capital del EdoMex, porque no solo es el ir al festival, es un pequeño viaje, es una pequeña experiencia que deja anécdotas antes de que si quiera llegues. Solo puedo esperar que no termine convirtiéndose en otro muere latino o edm o como quiera que se llame, espero que no haya tanto ladrón, espero poder ir el siguiente año y regresar con una sonrisa como este año.

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