Por: Dra. Murina Velázquez
No hay nada repartido de modo más equitativo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente.
René Descartes (1596-1650) Filósofo y matemático francés.
Quiero compartirles una anécdota. Yo decidí criar con apego, me informe mucho antes de tomar esa decisión y por lo general comparto artículos, imágenes y todo lo que creo fundamentado sobre el tema de apego y lactancia. Pero me ha pasado que muchas veces la molestia se ha hecho presente, pues algunas personas han interpretado como un forma de tratar de convencer y no es así. La toma de decisiones es algo que solo le concierne a la persona involucrada y el manejo de la información depende de dos elementos: el mensajero y el receptor.
Cuando uno comparte información es indispensable que sea fundamentada y compartirla con respeto y sin juzgar. En contraparte, al recibir información debemos de no tomarlo personal, no estar a la defensiva y tomar lo que creemos conveniente para nuestras vidas. Nada en la vida está totalmente escrito, la vida es un método científico continuo.
Esta anécdota es extensible a cualquier tema de nuestras vidas, hay que tomar en cuenta que el ser humano por naturaleza es metiche, y nos hemos acostumbrado a realizar juicios anticipados, situación que nos afecta negativamente. Por un lado hay enojo porque decidiste ponerle un gran tache a algo o a alguien y tu forma de vivir o pensar no es absoluta al resto del mundo y por otro lado el recibir constantes críticas que en nada son constructivas, pues se crea un bloqueo en la comunicación y en el crecimiento personal.
Tener la razón no es felicidad, tratar de convencer tampoco. Escucha, analiza y toma lo bueno para ti, si no estás de acuerdo pero a la otra persona le funciona, mantente al margen y si no le funciona pero quiere seguir ahí, es su decisión y debemos dar ese espacio y respeto.
La intolerancia es la madre de la decadencia. Pero nunca hay que pasar sobre los demás por nuestras ideologías, eso es patológico. Un ejemplo que me viene a la mente son las personas antivacunas; ya se ha demostrado que las vacunas no causan autismo, entre otros trastornos. Pero este tipo de situaciones son muy delicadas porque se pone en riesgo la integridad y vida de otras personas, incluso de los hijos de aquellos padres que deciden no vacunarlos. Es cierto que tienen derecho a no vacunarlos, pero las instituciones como las escuelas tienen derecho a no aceptarlos, ya que no existe un fundamento real que soporte poner en riesgo a otros estudiantes y familias enteras. Y no por eso se les va a decir que están mal y son unos relegados de la sociedad, porque no es así, pero siempre se debe de buscar un bien común y mayoritario. Es un: "si piensas eso está bien, pero no me involucres". Ambas partes tienen la razón, pero el respeto y la capacidad de decir "no", nunca se deben de perder.
El hecho que alguien piense o haga las cosas diferente a ti, no lo hace una persona equivocada.
Respeto por ti mismo y por los demás es el primer paso para tener una buena calidad de vida.
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Información siempre habrá, las variables son las que nosotros brindamos cuando somos mensajeros (en el pedir está el dar) y siendo receptores (teniendo inteligencia emocional).
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