“El mezcal no emborracha, pone mágico” es lo primero que puede leer uno cuando entra a este pequeño lugar muy bien ambientado en la zona comercial de Satélite que reúne a gente muy interesante y gustosa de lo tradicional mexicano.
Justo al bajar las escaleras de la plaza comercial donde se encuentra, vemos una entrada pintoresca que recuerda a la de las cantinas típicas con su doble puerta, un futbolito y un pequeño hombre fortachón que cuida la entrada.
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Después de que el guardián del mezcal te pide la identificación (amable y así, no se confundan), entras al lugar, que aunque pequeño, a donde sea que mires encontrarás algo interesante: una pareja de calacas en plena borrachera en una mesa, un luchador encerrado en una jaula para pájaros en el techo, unas imágenes medio escondidos con unas veladoras, y varios mensajes que parecen esperar ser descubiertos por los asistentes que siempre terminan escuchando las pláticas de la mesa conjunta, por lo que haces amigos o te aguantas y sino siempre está el momento para salir a fumar y hacer plática.
La atención es buena, los meseros siempre están al pendiente y ya que el lugar no es muy grande, es fácil hacer contacto visual con ellos. Generalmente no te ofrecen las promociones, pero en la carta las puedes checar (casi todos los días hay alguna), aunque saben muy bien lo que el lugar ofrece, por lo que te pueden ayudar si les pides alguna recomendación.
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La carta no es larga pero sí muy buena y sobre todo mexicana. Hay aguas locas, mezcales, chapulines, tlayudas, cerveza de barril y botella, cremas de mezcal, quesadillas, tlacoyos, y unos buenísimos cocteles de mezcal. Suena al menú de las tienditas afuera de las prepas con todo y servicio de comida, o lo que es lo mismo del puesto de quecas que se pone afuera, pero créelo no es nada parecido.
Sinceramente (y la memoria no nos falla) La Capitana no es la primera mezcalería en Satélite, sin embargo sí la primera que ha logrado pasar los seis meses y con una clientela frecuente y cada vez más grande sin importar si es fin de semana o no.
A nuestro juicio, lo mejor son sus cocteles de mezcal y su pulque. Entre los favoritos están la Jovita que es sumamente refrescante y sabe a mojito; el Dolores que es como un Baileys; la Tomasa es como tener un frappé de tamarindo y la Bartola sabe ¿raro pero bien? (lo sabrás cuando lo pruebes).
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En cuanto a los pulques, generalmente hay uno diferente por día y se acaban temprano, así que si llegas tipo a las 11 de la noche, es probable que ya no encuentres. Para lo que tienen miedo a tomar pulque porque nunca lo han hecho o porque cuando lo hicieron les dio la venganza de Moctezuma, queremos decirles que aquí no pasa eso. Los pulques son ligeros, frescos y al menos acá nunca ha pasado nada malo o sospechoso. El pulque lo venden también por litro y súper barato: 40 pesos. Así que ya tú sabes.
Lo único malo que le encontramos es que a veces el volumen es demasiado fuerte y no se escucha ni lo que te dice quien está a tu lado, pero bueno, cuestión de hablar con el mesero y ya.
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En general La Capitana ofrece algo diferente al norte del EdoMéx, donde afortunadamente cada vez hay una oferta más variada. Un lugar que vale la pena visitar si lo tuyo, lo tuyo son este tipo de bebidas.
Costo. $80-$150
Dirección. Federico T. de la Chica #12 Cd. Satélite Naucalpan, 53100 Estado de México
Horario. Martes-Domingo 15:00-24:00
Teléfono. 53939211
@LaCapitana_Sat
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