LA HISTORIA SE APRENDE EN LAS CANTINAS

Comer y Beber
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Para los apasionados de la historia y de los que gusten de echarse un buen trago, les traemos una opción que los hará redescubrir el centro de Tlalnepantla.

Acompañados de un guía, podrán caminar a través de la historia de este municipio, parando en por lo menos cuatro de las cantinas más antiguas como Toluquita La Bella, Casa Lino, La Catedral, Garibaldi y La Perla, en las que con cada trago podrán tener una experiencia fuera de la rutina.

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El que a Tlalnepantla vino y no visitó Casa Lino, entonces a qué chingaos vino”, se lee en una de las paredes de la cantina que este año cumple 65 años. Atrás quedaron los días cuando en el histórico lugar se reunía la gente del pueblo para comprar combustible en bolsita, costales de maíz, cerveza de barril y dulces colocados dentro de grandes vitroleros.

Casa Lino ya no posee la única televisión del pueblo, con la que la gente se distraía durante horas mientras se echaba su cervecita. Sin embargo, sus paredes han ido acumulando una tremenda cantidad de historias.

El letrero, de la autoría de uno de sus clientes, jocosamente nos recuerda que al conocer esta cantina también conocemos cómo se ha transformado Tlalnepantla.

La historia de la familia Suárez (dueños) no se puede entender sin Casa Lino, y la historia de Tlalnepantla no se puede entender sin Casa Lino; basta con ver las fotografías que decoran el lugar para darse una idea.

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En este entendido de que todo aquí gira alrededor de la familia y la tradición, debemos de hablar de la comida y bebida.

“La lagartija”, es una bebida alcohólica de la casa a base de hierbabuena, que refresca el paladar al acompañarse con los imperdibles tacos de chamorro en adobo (en serio, pruébalos); receta de la familia Suárez.

No te preocupes si te pasas un poco con la comida, porque podrás bajarla mientra le sacas brillo a la pista con el grupo musical que toca cuando hay tour.

Algo fascinante de este lugar es que son incluyentes, siendo su bartender sordomudo, y según nos contaron, cuenta con varias certificaciones. Por nuestra parte, damos fe de que sus bebidas son de calidad.

Siguiendo la música de los mariachis, llegamos al Jardín de la Diana, y frente a nosotros está Garibaldi, otro lugar que ha visto más de lo que aparenta.

De acuerdo con Francisco González Barriga, presidente de la Asociación de Propietarios de Inmuebles, Comerciantes y Empresarios Unidos por Tlalnepantla y quien además es dueño del lugar, desde los tiempos en que su abuela residía ahí ya se vivía el ajetreo de las personas que iban al mercado, por lo que decidieron transformar parte de su casa en restaurante.

Hace 35 años, la gente se tomaba ahí unos pulques y comía una botanita, después de realizar sus labores y de pasearse presuntuosamente cuando hacían sus compras en el centro.

En Garibaldi ya no se vende pulque, pero continúa la tradición de los alimentos y bebidas con vista al jardín.

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Nuestro tour termina en La Perla, que hace 54 años fue fundada por Don Pedro de la Peña Ornelas, a quien en ese entonces la gente le preguntaba el por qué había decidido abrir una cantina tan lejos del centro (cuadra y media de Los Portales).

Actualmente nadie pensaría eso, pues las distancias se acortan cada día más, pero La Perla sigue operando bajo el concepto de tiempos, es decir, a partir de la segunda bebida (alcohólica o no) puedes escoger un platillo por cada trago que pidas.

Para Ernesto, hijo de Don Pedro, el hit son las tortas de pierna al horno, que además de que son horneadas ahí, siguen la tradicional receta de la abuela. Para nosotros también.

La Perla es uno de esos lugares que a nuestro parecer sigue con la tradición de las cantinas, con sus meseros yendo y viniendo mientras sortean las mesas llenas de gente que arregla el mundo con un trago en la mano, y de música de fondo: la dama arreglada que canta.

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Lo que debes saber
El tour inicia los jueves a las 7 de la noche y termina alrededor de la medianoche. Los participantes son llevados en un pequeño transporte y van acompañados de un guía. Para tomar este tour debes de juntar 20 personas y solicitarlo en la Unidad de Turismo del Ayuntamiento de Tlalnepantla. Este tour no tiene costo, pero se sugiere considerar un consumo personal de 100 pesos por cantina. Este tour es cien por ciento familiar.

 

*Artículo publicado en la revista impresa REGIÓN MX® No. 71.

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